El ejercicio del derecho que tiene la sociedad civil a operar sin temor ni impedimentos suele
verse obstaculizado. Esto incluye los derechos de acceso y participación en los órganos y
procesos de la ONU. En este vigésimo año de la Declaración de las Naciones Unidas sobre
los Personas Defensoras de Derechos Humanos, que articula el derecho a «dirigirse sin trabas
a los organismos internacionales (…) y a comunicarse sin trabas con ellos», el ISHR ha tratado
de identificar algunos de los incidentes y prácticas que parecen estar diseñados para retrasar
o evitar que las y los personas defensoras de derechos humanos cooperen o intenten
cooperar con la ONU.1
Este informe ofrece un panorama de las experiencias de intimidación, restricciones y represalias, en vez de ser una revisión exhaustiva.2
Agradecemos a todas aquellas personas y organizaciones aliadas de la sociedad civil que informaron al ISHR sobre la naturaleza de los obstáculos a su participación y si fueron capaces de desafiarlos de manera efectiva. Al
documentar y analizar ejemplos de intimidación, restricciones y represalias, buscamos persuadir a los tomadores de decisiones sobre el impacto negativo de tales prácticas, y apoyar y difundir los esfuerzos para impugnarlas. Al final del informe se da una serie de recomendaciones.
El ISHR dará seguimiento a las restricciones conforme pase el tiempo, para evaluar si la tendencia es hacia facilitar el acceso y la participación o si, por el contrario, tiende a cerrar el espacio para que la sociedad civil pueda operar, incluso en la ONU. 3

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